sábado, 18 de diciembre de 2010

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

EL GRAN LIBRO DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA
Jean Pierre Corteggiani

Para Heródoto, los egipcios eran «los más religiosos de los hombres». La religión era el componente esencial de la civilización faraónica y las divinidades de su panteón, innumerables. Así lo reflejan las paredes de las tumbas y los monumentos que han llegado hasta el presente, repletas de secretas escenas rituales.

Jean Pierre Corteggiani ha realizado una completa introducción a este mundo desaparecido, y nos da a conocer a sus grandes dioses cósmicos, a sus genios emisarios, a las deidades locales y a los oscuros demonios del inframundo; con sus principales atributos, los animales a través de los que se manifestaban, las plantas que les estaban asociadas y el significado de las ofrendas que se les presentaban en señal de devoción.

Este gran libro ―con sus 686 entradas y 360 imágenes― es una magnífica oportunidad para comprender mejor una de las civilizaciones más misteriosas que en el mundo han existido.

EL IDIOMA DE LOS GESTOS


La gesta más perdurable del Imperio Romano

  • Hacer los cuernos, sacar la lengua tienen más de dos mil años antigüedad.
[foto de la noticia]
 03/05/2008 11:17

MANUEL AGUILERA
PALMA.- "Uertere pollicem" resonó en el Coliseo. El emperador acababa de ordenar la muerte de uno de los gladiadores extendiendo el pulgar hacia abajo. No hace falta haber sido extra en Ben-hur para saber que aquello significaba la máxima pena. Pero, ¿sacarse la lengua significaba burla? ¿Hacer los cuernos resultaba grotesco? ¿Había algún gesto que escondiera intención seductora? Un innovador estudio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y de Barcelona ha recogido 110 gestos de la época romana que perduran en nuestros días. El equipo dirigido por las doctoras Maria Antonia Fornés, del departamento de Filología Española de la UIB, y Mercè Puig ha recurrido a fuentes escritas y artísticas. El resultado es una base de datos con todos los signos y 580 textos que los documentan.

Orejas

En España, Italia, Brasil, Uruguay y Argentina es común felicitar los aniversarios estirando de las orejas a los cumplen años. El origen de esta costumbre está en la época romana. Antiguamente se hacía un gesto muy parecido: se tocaba el lóbulo de la persona a la que habían de recordarle algo. Asimismo, también se tocaban su propio lóbulo cuando querían hacer memoria. Por ello, hoy se tira de la oreja cuando alguien cumple años: para recordarle el tiempo pasado.
[foto de la noticia]

Silencio

"Pero él, llevándose el índice a los labios, atónito por el miedo, dijo: calla, calla". Se trata de un texto de Apuleyo, concretamente de Las metamorfosis (la única novela romana que ha sobrevivido entera), que ha dado cuenta de un gesto muy común entre nosotros, el de imponer silencio.

Aprobación

Uno de los emblemas más interesantes es el del gesto que hacían los romanos a la hora de afirmar o negar. Para comunicar aprobación se hacía lo mismo que ahora: mover la cabeza arriba y abajo. No obstante, la sorpresa ha llegado al investigar la negación. Aunque los romanos conocían el movimiento lateral de izquierda a derecha, no era éste el que utilizaban normalmente para decir no, sino que tiraban la cabeza hacia atrás. Lo más curioso es que este emblema existe todavía en la Italia meridional, al sur de Nápoles; como también perdura en Sicilia, Malta, Grecia y Turquía.
[foto de la noticia]

Números

Los romanos podían expresar con los dedos cualquier número entre el uno y un millón. El sistema consistía en representar las unidades con dieciocho gestos distintos realizados con los dedos de la mano izquierda (el corazón, el anular y el meñique expresaban las cifras del uno al nueve, y con el pulgar y el índice las decenas). Con la mano derecha se expresaban las centenas y millares mediante 18 gestos. La posición de las manos respecto al pecho, el ombligo o el fémur expresaban las decenas y centenas de mil. Para el millón se entrelazaban las manos.
[foto de la noticia]

Un 'tanto'

Levantar el dedo corazón manteniendo la mano cerrada era un gesto obsceno que intentaba reproducir un pene erigiéndose desde el escroto. "¿También tú te burlas de mí, ladrón, y me muestras el dedo impúdico cuanto te amenazo?", reza un poema romano.
[foto de la noticia]

Chasquear los dedos

En latín se llama crepitus digitorum, el gesto de chasquear los dedos servía para enviar una señal a alguien para que hiciera alguna cosa que ya se sabía. Tíbulo lo nombra en sus Elegías como la manera de ordenar a su mujer que le abra las puertas de casa.

Los cuernos

[foto de la noticia]
Existe un mosaico del siglo VI d. C. con un personaje que hace el gesto de los cuernos con una mano: levantar los dedos meñique e índice con el puño cerrado. Su significado variaba si se hacía hacía arriba o hacia abajo. De ésta última manera significaba, como hoy, alejar el mal. Es, por tanto, un gesto de protección, como también lo es cruzar los dedos índice y corazón. Eran símbolos de defensa ante el mal de ojo.

'Corta, corta'

El gesto en tono de burla para advertir a alguien que pare de hablar cuando su verborrea se hace insoportable permanece igual hoy. Consiste en mantener los dedos juntos y estirados horizontalmente y juntarlos y separarlos alternativa y rápidamente del pulgar.
[foto de la noticia]

Piernas cruzadas

Sentarse con las piernas cruzadas era considerado maléfico en la antigua Roma. También lo era sentarse con las manos entrelazadas y colocadas sobre una rodilla o con los dedos entrelazados. En concreto, estas posturas podían perjudicar algunos procesos como el parto (estaba prohibido sentarse así delante de una mujer embarazada) o la toma de decisiones en una reunión.

Tocarse la barba

[foto de la noticia]
Para los romanos, el que se palpa la barba habla calmosamente. La costumbre de afeitarse con un barbero no comienza hasta el siglo II a. C. La doctora Fornés afirma que "de hecho, los primeros barberos, procedentes de Sicilia, llegaron a Roma el año 300 a. C., aunque los romanos ya se afeitaban solos mucho antes".

Cabeza alta

Los discursos del dictador italiano Benito Mussolini recogían gestos de la época romana. Se refiere a ello Petronio, cuando habla de un personaje que sabe que recibirá una herencia y estaba orgulloso de su recuperación moral y económica. De esta manera, levantando la barbilla, manifestaba su orgullo.

Tocarse la nariz

Este gesto no es hoy, como tampoco lo era en la antigua Roma, señal de buena educación. Los romanos consideraban que mantener la nariz limpia era símbolo de buena educación. Sonar a otra persona era una gesto con otro significado: tratarlo como a un niño.

Sacar la lengua

Estaba prohibido sacar la lengua, incluso cuando se tosía, y pasarse la lengua por encima de los labios. Estos gestos podían dar a entender a otra persona que se estaba invitando a una relación más íntima. No obstante, sacar con fuerza la lengua se entendía como una burla. Las primeras manifestaciones que los investigadores han encontrado sobre ello se refieren a "irreductibles" galos que se burlaban de los romanos. Aún así, parece que el gesto ya se hacía en las culturas mediterráneas antiguas, como indica un pasaje de la Biblia (Isaías 57,4).

'Exquisito'

Juntar los dedos índice y pulgar, y besarlos se realizaba como gesto a las estatuas de dioses o al entrar en lugares sagrados. Hoy se utiliza tanto para lanzar un beso a alguien como para expresar satisfacción ante una cosa que ha gustado mucho.

Besar en la boca

En la antigua Roma era común que el amante o un familiar del moribundo le besase en la boca para recibir el alma de la persona que dejaba este mundo. Esto se puede trasladar también hoy en día. La prensa coincidió en interpretar el beso de Madonna a Britney Spears como el traspaso de un cetro: el de reina del pop.

Orejas de asno

"Imitar con la manos unas orejas blancas". Mostrar las palmas de las manos con el pulgar tocando las orejas y moviendo los dedos también significaba burla hace dos mil años. Para los romanos, era imitar las orejas de un asno. El estudio se puede encontrar en el libro El porqué de nuestros gestos. La Roma de ayer en la gestualidad de hoy (Ed. Octaedro-UIB), de Mª Antonia Fornés y Mercè Puig.

LOS OJOS DE LOS ANTIGUOS

JESÚS FERRERO 11/12/2010


 
Sería bueno preguntarse qué nos pueden decir ahora mismo las obras de la Antigüedad que han llegado hasta nosotros. De entrada es evidente que con su misma presencia nos demuestran que han sido capaces de sobrevivir, a veces por casualidad, a veces porque su belleza hizo de escudo protector y las libró de la destrucción, que parece ser la única ley de la historia. Puede que toda cosa aspire a permanecer en sí misma, como pensaba Spinoza, pero pocas lo consiguen. Las que esquivaron el frenesí aniquilador del tiempo y del espacio, ya sea porque permanecieron ocultas bajo tierra, ya sea porque manos prodigiosas las fueron guardando a lo largo de los siglos, son parte casi viviente, casi sintiente del pasado, y tienen el poder de transportarnos a él de un modo tan fulminante como inmediato.

¿Está tan lejos la Antigüedad? Es posible que ahora los ojos de los griegos estén más cerca de antes que los nuestros
'Poemas escritos antes de nuestra era' describe los horrores de la deportación con más grandeza que muchas novelas
Vayamos a Grecia: todas sus estatuas muestran la mirada interior, lo que no deja de ser paradójico, pues se supone que la mirada hacia dentro es patrimonio de las culturas orientales. Los dioses griegos siempre están mirando hacia dentro, lo que no les impide mirar al mismo tiempo hacia fuera. Por eso, ni parecen del todo reconcentrados, ni parecen del todo ausentes: miran hacia el interior y el exterior sincrónicamente. Ese equilibrio de fuerzas entre la proyección interior y exterior es quizá lo más emocionante de la cultura griega. Y esas dos fuerzas opuestas de la mirada griega logran su mejor definición en el auriga de Delfos. Una vez lo toqué y sentí miedo. ¿Cómo consiguieron los griegos expresar en casi todas sus estatuas esa doble dimensión de la mirada humana y de la mirada divina? Probablemente ni siquiera lo pensaron, y fue una derivación natural (y a la vez muy elaborada) de su propia mirada, pues la misma doble dimensión caracteriza toda la Antigüedad griega. Supieron mirar hacia el interior como nadie, ya desde los filósofos presocráticos, y como nadie supieron mirar la exterioridad. Por eso Alejandro Magno llegó hasta el Indo: porque sabía, como le había dicho Aristóteles, que el hombre es un animal social contra el que se puede combatir, cierto, pero con el que también se puede pactar.
Asimilar la doble mirada griega, y hacerla enteramente nuestra, podría resultar ahora algo muy beneficioso y estabilizador, pues ayuda a desbaratar las estratagemas más falaces del yo. Pero no sólo la mirada, también la palabra de los antiguos puede proyectarnos en universos de suma fraternidad con ellos. Los poemas de Alceo y Catulo hablan con más donaire y frescura del amor y los placeres terrenales que muchos poemas del presente. Algunos parecen escritos hace día y medio. Y, en líneas generales, el poeta que tanto cantó a Lesbia y a los chicos es menos moralista que nosotros. Ironías de la Historia.
Si de pronto nos desplazamos de Roma a China, observamos que muchos poemas escritos antes de nuestra era describen los horrores de la deportación con más precisión y grandeza trágica que muchas novelas de ahora sobre el mismo tema. En la China del presente nadie llevó a cabo tantas deportaciones como el primer Emperador. Seguramente muchos de los soldados de su inconcebible panteón fueron labor de deportados. Esos extraños soldados en los que percibimos de pronto la mirada interior de la que hablábamos antes.
Es común decir que esos hombres de arcilla que protegen la cámara del Emperador hacían el papel de guardianes, asegurando la preservación del sepulcro y hasta la eternidad del monarca. Pero también pudo contar para el Emperador la pretensión de dejar un mensaje sellado en el que se sintetizaba todo el Imperio: un gran ideograma representando a China en su totalidad. Y no deja de ser sorprendente que de esas simples caras de barro encajadas en cuerpos fabricados en serie emerja de nuevo la mirada hacia la interioridad, tan buscada siempre por la estatuaria de Extremo Oriente. Y es que esos soldados parecen estar mirando a la vez hacia dentro y hacia fuera, como el auriga de Delfos, quizás con menos matices pero con los suficientes para indicar que la mirada del soldado ha de dirigirse a la vez hacia el centro de la mente, como aconsejaba Confucio, y hacia el exterior.
¿Está tan lejos la Antigüedad?, cabe preguntarse. La Antigüedad griega, por ejemplo. Es posible que ahora los ojos de los griegos estén más cerca de antes que los nuestros. Pero conviene matizar, y no olvidar que la cultura griega se deslizó en muchos momentos por el territorio de lo ideal. El hombre y la mujer estaban en Grecia muy separados, pero en toda su estatuaria resultan formalmente muy próximos. Aspiraban a la democracia, sobre todo en Atenas, pero a decir verdad pocas ciudades llegaron a ella. Las mujeres no tenían voz en la polis, pero en el teatro clásico la tienen continuamente. Lo que equivale a decir que una cosa era el sueño griego (su deseo proyectándose en la escultura, la literatura, la arquitectura), y otra muy distinta su realidad pura y dura. Y lo que más lejos proyectaron fue justamente su sueño, y ese sueño sí que ha llegado a nosotros, y nos los hace muy próximos.
Vivimos en democracia como anhelaban los atenienses, nos interesa la belleza del cuerpo de forma tan obsesiva como a ellos, los dos sexos tienden a nivelarse y a acercarse como sus estatuas, donde el hombre aparece feminizado y la mujer virilizada, y las mujeres tienen voz como la tenían en la tragedia griega. No sólo parecemos hijos de su ética y su estética, también parecemos hijos de su deseo, pues todo lo que en ellos sólo era un sueño en nosotros ya es una realidad, aunque no siempre sepamos verlo.

DICCIONARIO ON LINE, ESPAÑOL-LATÍN.

http://dictionaries.travlang.com/SpanishLatin/

viernes, 17 de diciembre de 2010


EGIPTOLOGÍA | Investigación con técnicas de imagen en Barcelona

El rostro de la Dama de Kemet

Fotografía de la momia y la reconstrucción con escáner. | Museo Egipcio de BarcelonaFotografía de la momia y la reconstrucción con escáner. | Museo Egipcio de Barcelona
  • Una nueva técnica no invasiva permite reconstruir la imagen de las momias
  • Según el trabajo, era una joven de rasgos finos que pudo morir de 'un mal parto'
  • En el estudio han colaborado el Museo Egipcio de Barcelona y el Hospital Quirón
Era su verdadero rostro. Investigadores de Barcelona han confirmado que el retrato que cubría a la Dama de Kemet —una momia egipcia de la época romana— coincide exactamente con sus rasgos: una adolescente esbelta y de rasgos finos. Una nueva tecnología no invasiva, que permite reconstruir la imagen de las momias y conocer con mayor detalle la estructura ósea de los restos arqueológicos, ha permitido la reconstrucción facial de la joven.
La Dama de Kemet. | Museo EgipcioLa Dama de Kemet. | Museo Egipcio
Las momias de El Fayum (pertenecientes a la época romana, entre los siglos I a.C. y I d.C) estaban cubiertas por un retrato en una tabla de madera. Cuando en 1998 la Dama de Kemet —que presenta en su rostro uno de los llamados 'retratos de El Fayum'— llegó al Museo Egipcio de Barcelona, "había división de opiniones entre los egiptólogos" sobre si la imagen que cubría cada momia era una recreación o una reproducción fidedigna del fallecido.
La Dama —una momia que data de entre el año 150 y 200— presenta además imágenes divinas que hacen referencia al ciclo eterno de la vida, según ha explicado el presidente de la Fundación del Museo Egipcio, Jordi Clos durante la presentación de la investigación.
Tras años de investigación, el TAC helicoidal (una técnica de imagen empleada en Medicina) permite decir que "la imagen que aparece sobre la momia es realmente un retrato casi fotográfico", ha desvelado. Los estudios interdisciplinarios, en los que ha participado el Hospital Quirón y CRC Corporació Sanitària, han contribuido a constatar quién fue realmente la Dama de Kemet.
El investigador subraya la importancia del proyecto, que permite "indagar en la estructura interna de una momia sin tener que abrir la mortaja, sin invadirla".

Primeros estudios

Los trabajos de investigación se iniciaron en 1998, tras su llegada al museo, y estuvieron a cargo del doctor Félix Escalas con la colaboración de Xavier Lucaya, que realizaron el primer estudio morfológico y anatómico de la momia mediante TAC.
Los resultados permitieron determinar su sexo, la edad y la altura. Además, se realizó un examen endoscópico en el que se obtuvieron muestras de hueso, fibras de lino, restos de madera procedentes de la momia y tejidos blandos para su análisis.
Desde 2008, "se ha reconstruido de nuevo el esqueleto mediante un TAC helicoidal con un dispositivo técnico de última generación", dice Escalas. Así, han conseguido una imagen "con máxima precisión y definición, [de] las características de la Dama de Kemet".

Una adolescente de rasgos finos

La momia presenta la dentición completa, unos rasgos finos de nariz y pómulos, de tipo mediterráneo, y el parecido entre reconstrucción facial y el retrato es "innegable".
Se trata, ha indicado Escalas, de "una mujer de 15 o 16 años, de 1,60 de estatura, con una estructura esbelta, que realizó una vida laboral con actividad física y que, por el complejo proceso de momificación a que fue sometida, se puede deducir que pertenecía a un estatus social elevado".
"Aunque se desconoce su nombre, hemos recuperado su imagen, algo que para los antiguos egipcios era una forma de perdurar en el tiempo", ha subrayado Clos.
Según Félix Escalas, el estudio morfológico con el TAC Helicoidal tiene la ventaja sobre tratamientos anteriores de que no es invasivo, por lo que no deteriora la momia, frente a los procedimientos antiguos que obligaban a desmontar todo el recubrimiento para saber el sexo, la estructura y la altura.
Ante la ausencia de enfermedades y traumatismos que justifiquen su muerte, el equipo investigador ha llegado a la hipótesis de que la Dama de Kemet pudo fallecer a causa de un "mal parto", en palabras de Escala.
LA LITERATURA EMBLEMÁTICA A TRAVÉS DE UN EMBLEMA DE BEZA.

La Literatura Emblemática se caracterizó por ser un género literario de gran auge en Europa  desde la época del Renacimiento hasta principios del siglo XIX; sirvió como vehículo de enseñanza, didáctico, moralizador y también de transmisión de ideas y doctrina políticas y religiosas.
La fecha clave para el surgimiento de este género y este tipo de libros fue el año de 1419, cuando llegó a Florencia el manuscrito de jeroglíficos perteneciente a Horapollo, el cual estaba escrito en griego y que sólo un siglo después fue traducido al latín.
 Los eruditos humanistas recibieron con entusiasmo y veneración el conocimiento de este texto, cuyo contenido tenía poco egipcio, pero que venía plasmado mediante un tipo de lenguaje oscuro, lleno de hermetismo y de carácter críptico.
Literatos y artistas se apasionaron por este mundo fantástico que cristalizó en obras como “El Sueño de Polofilo[1]”, novela arqueológica-amorosa que ejerció desde 1499 una auténtica fascinación y cuyos grabados servirían de fuente para varios de los emblemas de la obra de Alciato que, en la creación de las imágenes para su obra, se asociaría en profundidad y calidad al carácter más oscuro posible, como el de estos precedentes, y, sin duda, como un recuerdo de la complejidad característica de los jeroglíficos egipcios.
Estos serían en síntesis, los precedentes de un género que se estaba perfilando con un lenguaje a base de imágenes y de textos escritos aclaratorios: el género emblemático. Sólo faltaba que surgiera el personaje y el libro capaz de dar carta de naturaleza a esta nueva disciplina: la Emblemática.
El emblema nació con Andrea Alciato, jurisconsulto italiano, que, practicando un ejercicio imaginario: la representación en un grabado de una idea literaria unida a la descripción de la misma mediante un epigrama, sentaría la bases de un género literario que perduraría hasta mediados–finales del siglo XIX.
Esta manifestación artística se encuadra en la época del Renacimiento italiano, cuando se da un nuevo enfoque a la herencia medieval de la tradición grecolatina, con lo cual, Alciato llevaría a cabo una traducción–imitación de 99 epigramas basándose en la Antología Griega y poniéndole un nuevo título a cada uno de ellos.
Dicha obra maestra sería dedicada a Maximiliano Sforza, y la fortuna quiso que a través del consejero Peutinger, llegara a las manos del impresor Steyner quien, con visión comercial, consideró que lo apropiado era añadir una imagen que le diera originalidad y atractivo. La tarea fue encomendada al grabador Breuil y el libro sería publicado en Ausburgo en 1531 con eltítulo de Emblematum Liber.
Concluyendo los distintos testimonios a lo largo de la historia un Emblema se compone de: Una figura, Un título, Un texto explicativo.
La literatura emblemática en su extensión constituirá un caso particular que ilustra los desarrollos conceptuales del viejo tópico horaciano ut pictura poiesis, junto a las teorías de la mímesis y del paralelismo entre las artes.
Así pues consideraremos como Literatura Emblemática, al conjunto de libros de emblemas o divisas que se ajustan a las características expuestas. La imprenta contribuyó mucho a la difusión del nuevo género y pronto se extendió a otros ámbitos de la cultura, tanto desde su temas iniciales generales de carácter moral y didáctico para cualquier hombre, como los más evolucionados hacia la especifidad de la educación de los monarcas, los temas religiosos, el sermón ilustrado...(todos ellos propios del siglo XVII). La variedad de motivos utilizada para, por medio de la analogía, dar cuerpo al mensaje moral que se desea transmitir, es muy variado. Hay emblemas que se inspiran en la Flora, otros en la fauna, (animales de tierra, mar, aire), otros en la mitología clásica, otros en la historia o en temas bíblicos, o en objetos diversos que por sus características ayudan a fijar en la memoria la moralidad, una temática amplia y variada que abarca las fuentes de la misma emblemática, las cuales son a su vez tan profusas como la imaginación del hombre.

XII.
EPIGRAMA

Coelum tonans simul & plumbens.

Ceu rutilis idem qui dissilit ignibus aether,
Foecundas gravido pectore fundit aquas,
   Vita fide sic Christus erit tibi viva[2] receptus,
                                    Spretus at hic idem mors tibi Christus erit.
Como el mismo firmamento, el cual revienta en relámpagos, derrama aguas de su grávido pecho; así la recepción de Cristo será para ti vida, pero este mismo Cristo será muerte para ti en el caso de que lo desprecies.

En este Emblema aparece la imagen de un de un paisaje con vegetación, rocas y un pueblo al fondo. Sobre ellos aparece un gran masa de nubes que descarga su lluvia sobre dicho entorno, entonces se está representando  el momento en que se da la lluvia que empapa toda la tierra..

En las fuentes primigenias de la Emblemática se trata este motivo:
Cómo representan “educación”.
Para escribir “educación”, pintan un cielo que deja caer rocío, indicando que, como el rocío al caer se extiende a todas las plantas  y hace tiernas a las que pueden enternecerse Por naturaleza, y a las que por su propia naturaleza permanecen duras es imposible que les suceda lo mismo que a las demás, así también respecto a los hombres se presenta la educación, que el bien dotado toma rápidamente y el inepto es imposible que haga lo mismo.
Camearius también nos habla del sentido positivo que tiene el rocío en la naturaleza en su emblema LXI al señalar que la perla es producto de la fecundación del rocío del sol. Este ejemplo le sirve para precisar debe fecundarse su espíritu por el amor de Dios.
Otros autores han representado la idea del agua que cae del cielo como fuerza renovadora y vivificante, como es el caso de Rollenhagen G. VC.  [3]

La fuente de este carácter benefactor del rocío, que fecunda incluso las conchas y hace nacer la perfección de la perla, la encontramos en Plinio cuando nos dice:

Estas, cuando el tiempo del año apto para fecundar las nueve, se abren  ellas mismas como boceando, y dicen que se llenan de un rocío, con que engendran; y después de preñadas paren, y que su parto son perlas, las cuales son según el rocío que recibieron (Hist. Nat. IX, XXXV).
Horapollo establece la comparación entre el rocío y la educación, entiende el carácter benéfico de ambos; aquél, en las plantas, como también nos dice Covarrubias, está en el espíritu del hombre. Pero  así como el rocío tan sólo influye en las plantas tiernas, también lo hace, en el espíritu del hombre.
En cuanto a los Emblemistas españoles:
El carácter benefactor del rocío nos lo indica Saavedra Fajardo cuando en su  empresa XXIII considera la venera de Santiago:
En el hábito de Santiago se representan las cualidades que han de considerarse antes de dar semejantes insignias; porque está sobre un concha, hija del mar, nacida entre sus olas y hecha a los trabajos, en cuyo cándido seno resplandece la perla, símbolo de la virtud y por ser concebida del rocío del cielo.
También en su empresa XXXII presenta la concha con perla interior precisando que:
Concibe la concha del rocío del cielo y en lo cándido de sus entrañas crece y se descubre aquel parto de la perla.
También  el sentido y similar grabado nos presenta Covarrubias en su emblema  LXXXVI donde indica en el inicio del epigrama:
Aquella concha, que las perlas cría,
Coge el rocío, cual fresca rosa,
Y Febo con los rayos que le envía
Del cielo forma la unión preciosa;
El casto pecho, que en su Dios confía,
Si la suprema gracia en él reposa,
Y con fuego divino se habilita
Cría rica margarita.
Monforte[4] nos presenta un emblema con semejantes motivos, la lluvia que cae a la tierra y sube de nuevo como nube de vapor, su lema es dedit de caelo pluviam, y su fuente prodría ser un posible adaptación del Deuteronomio 11. 14. su subscriptio:
Como es del cielo el rocío,
transformado en blanca nube
otra vez al cielo sube.
  Beza emplea este motivo pero nuevamente con la significación religiosa de que Dios es el agua que vivifica y dignifica el espíritu del hombre, es el agua recibida en el bautismo[5], símbolo inmemorial y ecuménico, al que el hombre accede mediante la inmersión, y que sirve como instrumento de purificación y de regeneración.
BIBLIOGRAFÍA:
v                      Ávila A., Imágenes y símbolos en la arquitectura pintada española 1470-1560, Barcelona, 1993.
v                      Brumble H.D. Classical Myths and Legends in the Middle Ages and Renaissance(Adictionary of Allegorical Meanings), Chicago, 1998.
v                      Beza, Theodorus. Icones, id est verae imagines virorum doctrina simul pietate illustrium, Ginebra 1580.
v                      Bezae T. Emblemata, En Poemata varia, Ginebra, 1597.
v                      Champeaux G. & Sterckx D.S., Introducción al mundo de los símbolos, Madrid, 1984.
v                      Diel P., El Simbolismo en la mitología griega, Barcelona, 1976.
v                      Eliade M., Imágenes y Símbolos: ensayos sobre el simbolismo mágico religioso, Madrid, 1979.
v                      Ginzburg C, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e Historia, Barcelona, 1989.
v                      Panofsky E., Estudios sobre Iconología, Madrid, 1976.
v                      Ripa C.,  Iconología, Madrid, 1987.
v                      Rodríguez de la Flor F. Emblemas. Lecturas de la imagen simbólica, Madrid, 1995.
v                      Id., La Literatura emblemática española (siglos XVI y XVII), Madrid, 1977.

FRANCISCO-DAVID MÉNDEZ TEJEDA.
LIC. FIL CLÁSICA POR LA UNIV. DE MURCIA.
PROFESOR DE LATÍN.



[1] Colonna F., El sueño de Polifilo, Ed. Castellano Pedraza, P, Murcia, 1981.

[2] Vera, 1597.

[3] Con igual idea lo presentan: I. Billius, Bona futura piorum, p. 522.

[4] Monforte Rodríguez P., Descripción de las honras que se hicieron a la católica majestad en el Real Convento de la Encarnación, Madrid, 1666.

[5] Heliade M., Tratado de historia de las religiones, morfologìa y dinàmica de lo sagrado, Madrid, 19808, pp.207–209.

 "Investigación y opinión acerca del mundo antíguo....", por ANA VAZQUEZ HOYS

Atletismo | Un homenaje con historia

Atenas conmemora los 2.500 años de la maratón

Los 2.500 años de la batalla de Marathon, que dio lugar a la carrera del mismo nombre, se conmemoran hoy en Atenas con una serie de festejos. Entre los invitados está Abel Antón, oro en los Mundiales de 1997 sobre el circuito clásico, el recorrido por el soldado Feidípides.


Á. Cruz Ángel Cruz | 31/10/2010
Atenas se ha vestido de gala y ha retrocedido 2.500 años en el tiempo para conmemorar la Batalla de Marathon, aquella en la que los atenienses de Milciades derrotaron a los persas de Datis, a pesar de su inferioridad numérica y gracias a su táctica superior. Hará coincidir hoy la fiesta con su maratón anual, aunque la batalla se celebró a finales de agosto o principios de septiembre de 490 antes de Cristo, según las diversas interpretaciones de los distintos calendarios que han medido el tiempo desde entonces hasta ahora.
Los vencedores mandaron a un mensajero llamado Feidípes (Filípides, según otras versiones) para advertir a Atenas de que el peligro asiático había sido conjurado y evitar así que mujeres y niños se suicidaran, temerosos de la furia de los vencedores persas. "Alegraos, hemos vencido", dijo. Y cayó muerto. Para conmemorar la gesta se instauró la carrera de maratón en los primeros Juegos Olímpicos, los de Atenas 1896.
Entre los invitados a recordar aquellos tiempos está Abel Antón, que ganó el oro en el Mundial de Atenas 1997, y también la primera y la última campeonas olímpicas, la estadounidense Joan Benoit (Los Ángeles 1984) y la rumana Constantina Dita (Pekín 2008).
HALLAZGO | Encontrada en Inglaterra

Subastan una máscara romana descubierta con un detector de metales

La directora de Christie's junto a la máscara. | ApLa directora de Christie's junto a la máscara. | Ap
  • Es un ejemplo de los grandes trabajos metalúrgicos que se hacian en la época

Una máscara de bronce que cubre toda la cabeza, excepcional superviviente de la Gran Bretaña romana y hallada por un aficionado a la detección de metales en Cumbria, noroeste de Inglaterra, será vendida al mejor postor por la casa de subastas Christie's el próximo 7 de octubre.
El 'casco Crosby Garrett', datado entre los siglos 1-2 d.C., se ofrecerá a un precio estimado entre las 200.000 y las 300.000 libras (entre 239.000 y 359.000 euros aproximadamente) en una subasta dedicada a la venta de antigüedades.
Este objeto tiene un valor especial porque en los últimos 250 años sólo se han descubierto en el Reino Unido tres máscaras completas con casco.
La belleza, la factura y el buen estado de la máscara son algunas de las particularidades de este objeto, ejemplo de la calidad de los trabajos que se hicieron cuando la metalurgia romana estaba en su máximo apogeo.
Este tipo de máscaras-casco no eran utilizadas como protección para los combates, sino que se usaban para lucirlas en la práctica de deportes de caballería.
La superficie pulida y blanca que lució un día la parte del rostro de la máscara, debía contrastar con el bronce del pelo y el 'gorro frigio' que conformaban la parte del casco.
Además, es posible que se colocaran serpentinas de colores en los anillos que sobresalen de la cresta del águila agrifada que remata el gorro.
La directora de antigüedades de Christie's en Londres, Georgiana Aitken, confesó que la primera vez que lo vio "no podía creer" lo que tenía entre sus manos, ya que en seguida supo que se trataba de "un gran descubrimiento que generará un enorme interés, tanto entre coleccionistas privados como en museos".
OBITUARIO | A los 93 años

Fallece el académico Valentín García Yebra

Valentín García Yebra. | EfeValentín García Yebra. | Efe

El escritor, traductor y académico de la Lengua Valentín García Yebra ha fallecido este lunes en Madrid a los 93 años, según han informado a Efe fuentes familiares.
Nacido el 28 de abril de 1917 en Lombillo de los Barrios, una localidad situada en la comarca leonesa del Bierzo, García Yebra fue elegido en 1984 miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón 'n'.
Humanista y catedrático de Griego, el académico ingresó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1947, fue autor de valiosas traducciones de autores clásicos y destacado defensor de la permanencia de los clásicos grecolatinos en el sistema educativo.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, se licenció en Filología Clásica (1944) y se doctoró con la tesis 'Las traducciones latinas de la metafísica de Aristóteles'.
Ganó por oposición en 1945 la cátedra de Griego del Instituto de Enseñanza Media de Santander y, por entonces, comenzó a alternar la labor pedagógiga con la traducción de lenguas vivas y clásicas.
Entre 1955 y 1966 dirigió el Instituto Politécnico Español de Tánger, donde ostentó la cátedra de Griego, entre 1955 y 1966, y, hasta 1969, fue responsable del Instituto Calderón de la Barca, en el que se encargó de la cátedra de Griego hasta 1974.
Ese último año impulsó el Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores, creado por su iniciativa en la Universidad Complutense, y donde ejerció varios cargos y enseñó la materia de Teoría de la Traducción.
Elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua en enero de 1984, a propuesta de Dámaso Alonso, Alfonso García Valdecasas y Rafael Lapesa, para ocupar el sillón 'n', vacante desde la muerte de Jesús Prados Arrarte.
Ingresó en la academia el 27 de enero de 1985 con el discurso 'Traducción y enriquecimiento de la lengua del traductor', y ha desarrollado un importante trabajo en las comisiones de Etimología y Gramática.
Ingresó en la Academia Norteamericana de la Lengua Española en 1997, y tras jubilarse como profesor de la Facultad de Filología de la Complutense, formó parte del jurado de premios, al Consejo Asesor del Departamento de Español Urgente de la Agencia Efe y al Consejo Asesor de la 'Casa del Traductor'.

Fue galardonado con el Premio Nacional de Traducción en 1998

García Yebra ha traducido numerosos libros del alemán, francés, inglés y portugués, como la 'Medea' de Séneca, 'De Amicitia' de Cicerón, 'La guerra de las Galias' de Julio César, 'El velo de Verónica' de Gertrude von le Fort, 'Virgilio, padre de Occidente' de Theodor Haecker, 'Teoría de la Literatura' de V.M. Aguiar e Silva, y 'La religiosidad popular en la Alta Edad Media' de Giordano.
Es autor, entre otros libros, de: 'En torno a la traducción. Teoría. Crítica. Historia' (1983), 'Teoría y práctica de la traducción' (1984), 'En torno a la traducción' (1989), 'Traducción y estilo', 'Dante y la cultura clásica' y 'El leonés de los Ancares'.
Galardonado con el premio Nacional de Traducción (1998), recibió el premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades (2007).
Además cuenta con el premio Nacional de Traducción de Bélgica (1964) por su versión de la obra de Charles Moeller 'Literatura del siglo XX y cristianismo', premio Ibáñez Martín del CSIC (1971) por su edición trilingüe de 'La metafísica de Aristóteles', premio Nieto López de la Academia de la Lengua (1982) y Medalla de Oro de la Cultura de Puerto Rico (1996).
Fue distinguido con el doctorado 'honoris causa' por las Universidades de León y de Atenas, con el premio Nacional de Periodismo 'Miguel Delibes' de la Asociación de la Prensa de Valladolid (2004) por su artículo 'Desajustes gramaticales' (ABC), y el premio Leonés del año 1988 de la Cadena SER.
ARQUEOLOGÍA | Tiene entre 1.650 y 1.800 años de antigüedad

La estatua que surgió de la lluvia

La escultura descubierta en Ashkelon. | EfeLa escultura descubierta en Ashkelon. | Efe

La espectacular tormenta de los últimos días en Israel ha dejado varios heridos, enormes daños materiales y algo más. Si en Tel Aviv, por ejemplo, tumbó 130 árboles, en la sureña ciudad costera de Ashkelon ha provocado importantes desperfectos y un valioso hallazgo.
Al mal tiempo, buena cara. Y al día siguiente de la tormenta una monumental sorpresa ha amanecido en un acantilado de Ashkelon. Para delicia de los arqueólogos y amantes de los misterios, se ha descubierto una estatua femenina romana de un metro y 20 centímetros de altura y 200 kilos de peso. Una mujer tan impresionante como anciana ya que se calcula que tiene entre 1.650 y 1.800 años. Si no fuera porque le falta una cabeza y una mano, se diría que se conserva muy bien para su edad. De mármol y colocada seguramente en una casa de baños, viste una toga y está esculpida de tal forma que aún se aprecian perfectamente sus sandalias y pechos.
Al hacerse público el hallazgo de la estatua romana y otros tesoros arqueológicos escupidos por el acantilado, Ashkelon se ha llenado de expertos y arqueólogos, ansiosos por ver a la musa de cerca. Poco después de ser descubierta por la ira puntual de la naturaleza y retratada por la necesidad permanente de los fotógrafos, la estatua blanca ha ido a parar al departamento de tesoros nacionales de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
"El mar nos ha dado una increíble y bella estatua sin cabeza y partes de una mano. Probablemente fue importada de Italia, Grecia o Asia Menor y quizás sea una representación de la diosa Afrodita", explica el arqueólogo jefe de la zona de Ashkelon, Yigal Israel, que indicó a los medios locales que la figura fue descubierta por un transeúnte que avisó a las autoridades. El Ayuntamiento se puso manos a la obra, nunca mejor dicho, y rescató a la mujer de las amenazantes olas del Mediterráneo. Según él, "la estatua cayó al precipicio desde una altura de 10 metros cuando se derrumbó el acantilado, pero sorprendentemente no sufrió daños. Estimamos que la cabeza y la mano perdidas ya le faltaban incluso desde la época romana".
Pero a primera vista los daños se pueden considerar un desastre nacional. La tormenta no tuvo piedad con todos. Secciones de un mosaico de colores se arruinaron y muchos fragmentos fueron arrastradas por el agua. "Debajo de la zona donde se construyó el paseo marítimo, se encuentran muchas pruebas arqueológicas que podrían arrojar luz sobre diferentes épocas históricas. Desde el lunes, estamos aquí para básicamente lamentarnos de que algunas han desaparecido por completo", comenta el arqueólogo Cobi Sharbit que espera "rescatar lo que se pueda en los próximos dias".
Se suele decir que si remueves un poco en Tierra Santa, descubres una piedra de la época del rey David. A partir de ahora se tendrá que añadir que a cada gran tormenta le espera su estatua romana, ilesa, orgullosa y con sandalias incluidas.
CULTURA | Museu de Prehistòria

Así construían los romanos

  • El Museu de Prehistòria descubre las antiguas técnicas de construcción

El Museu de Prehistòria de València acoge hasta el próximo 6 de marzo la exposición 'ARTIFEX: Ingeniería romana en España', una versión adaptada para la itinerancia de la muestra homónima presentada, con notable acogida de público, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid entre los meses de marzo y julio de 2002.
"Proponemos un apasionante viaje a la Roma antigua a través de ARTIFEX una interesantísima muestra de lo que los ingenieros romanos fueron capaces de ingeniar, inventar y construir contribuyendo al avance social de una de las grandes civilizaciones europeas", ha explicado el diputado de Cultura de la Diputación de Valencia, Salvador Enguix.
Artifex ha sido organizada conjuntamente por el Ministerio de Fomento, a través del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU) del CEDEX, y el Ministerio de Cultura, a través de la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes.
La muestra presenta una oportunidad única para conocer las técnicas de construcción, materiales y maquinaria empleada por los romanos para realizar sus infraestructuras urbanas y de comunicación. Calzadas, puentes, puertos...
La exposición habla de la incorporación de nuevos materiales en época romana tales como el ladrillo cocido –que sustituyó al adobe ibero-, las cañerías de plomo, tejas planas e incluso hormigón, así como también de la importancia de las grandes infraestructuras para articular el Imperio Romano.
Los organizadores han destacado la "importancia didáctica de la exposición que, pese a no tener piezas originales cuenta con réplicas y maquetas extraordinarias para hacer llegar a todos los públicos las características, materiales y técnicas de las construcciones romanas".
La presentación de los contenidos de la exposición se realiza a través de cinco áreas temáticas, en las que se muestran muchas de las grandes obras de la ingeniería romana en Hispania, junto con las innovaciones y avances experimentados en la época en otros campos de la técnica, tales como la minería, la metalurgia o determinadas actividades preindustriales.
La primera de las áreas, con el título 'La construcción: materiales y maquinaria', contempla las principales técnicas y materiales empleados por los constructores romanos, deteniéndose en las grandes innovaciones -como el empleo masivo del hormigón de cal- en la construcción de arcos y bóvedas con ayuda de cimbras provisionales de madera, y asimismo en ejemplos de la maquinaria e instrumental utilizado en las obras públicas, desde las máquinas más sencillas como tornos y cabrestantes hasta las grandes grúas o cabrias accionadas por ruedas de pisar.
En el área II, 'Las comunicaciones: calzadas, puentes, puertos' se trata de la construcción de infraestructuras para el transporte, tanto terrestre como marítimo; infraestructuras que hicieron posible la expansión militar, comercial, administrativa y cultural de Roma, y que aquí se exponen con el acento puesto en los aspectos técnicos y constructivos, con especial detenimiento en los puentes, entre los que se muestran como ejemplo los de Mérida y Alcántara.
En el campo de las obras marítimas, en las costas españolas se conservan importantes vestigios portuarios de la Antigüedad, como el muelle de hormigón de Ampurias o la coruñesa Torre de Hércules, reformada durante la Edad Moderna.
'La ciudad y su equipamiento', tercera de las áreas, trata fundamentalmente el tema del abastecimiento de agua a las poblaciones, incluidos los sistemas de distribución del agua en la ciudad y las obras de saneamiento urbano.