Lindsey Davis sigue empeñada en hacer viajar a Marco Didio Falco con cada libro más allá de las fronteras del Imperio. La mano de hierro de Marte sitúa al informador romano en las frías tierras germanas.
En esta cuarta entrega Lindsey Davis ya le ha cogido la medida al personaje de Marco Didio Falco a base de bien. Por un lado se agradece la facilidad con la que se sigue el hilo de pensamiento de Falco, al que después de tantas entregas empezamos a conocerlo como un hermano, pero puede que se haga un tanto cansina la repetición de ciertas frases y actitudes, sobre todo las dedicadas a su enamorada Elena. Y es que el ardor del amor adolescente se alarga y alarga sin saber a ciencia cierta cuándo el pobre Falco va a dejar de comportarse como un cachorrillo, aunque sea un cachorrillo entre celoso y sacrificado tras el tonteo que Tito César lleva a cabo con su prometida
Por lo demás, La mano de hierro de Marte nos lleva a la línea básica de las historias de Falco en las que Vespasiano necesita de los servicios de Falco en una misión en la que han fallado sus hombres habituales. Lo interesante de este libro es la «ruptura temporal» de Falco y la descripción de Davis de la Galia y las tierras de la Germania Libre. Como siempre, Davis desmitifica la actitud de los actores en grandes acontecimientos y los muestra como seres humanos, con sus propios problemas y preocupaciones y manías.
La búsqueda de un antiguo líder germano, la suerte de un general y el misterioso comportamiento del Legado Imperial, al que no se encuentra por ninguna parte, se unirá a el odio visceral que siente toda la Decimoquinta Legión por Falco, haciendo que sus pesquisas e investigaciones se vuelvan más y más complicadas. A destacar la aventura fluvial y su enfrentamiento con el uro gigantesco que en ocasiones llega a recordar a El corazón de las tinieblas.
La mano de hierro posee entonces las mismas virtudes y defectos que los libros anteriores de la serie, siendo una lectura que engancha y en la que, de tener a mano el siguiente ejemplar, uno no duda en seguir con las desventuras de Falco en busca de su ascenso a la clase media. Inteligente y mordaz, sólo cabe esperar que Davis introduzca algún cambio en su esquema principal el cual empieza a hacerse algo previsible.
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