Emerge la antigua Baetulo romana
Reabre el Museo de Badalona tras el acondicionamiento de las ruinas
FERMÍN ROBLES - Badalona -
Badalona vivió bajo el gobierno de Roma una época de esplendor en la que de sus costas partían barcos cargados de vino hacia diferentes rincones del imperio. Así lo atestiguan los restos arqueológicos descubiertos en el centro de la ciudad en los años cincuenta y los hallazgos posteriores, que han aparecido en muchos casos durante transformaciones urbanísticas, como las obras de la línea 2 del metro en 2008. Hace unos días, el Museo de Badalona reabrió sus puertas tras más de seis meses cerrado. En este tiempo se ha culminado una serie de mejoras que comenzaron hace tres años para acondicionar las ruinas que alberga en el subsuelo, conectar los yacimientos excavados y musealizar el espacio. Gracias a ellas la antigua Baetulo propone un recorrido que pasa de 700 metros cuadrados a 3.400 y estrena una exposición permanente que muestra la colección completa del museo, el 60% de la cual permanecía hasta ahora archivada.
La operación ha supuesto una inversión de 3,9 millones de euros que han aportado en un 85% el Gobierno central y el Ayuntamiento de Badalona, y que han completado la Generalitat, el Incasol y la Diputación de Barcelona. Para llevarla a cabo ha sido necesario expropiar terrenos que impedían la continuidad del yacimiento, que se encuentra bajo cinco viviendas.
Hoy, únicamente un tramo de escaleras separa el vestíbulo del museo de las ruinas de Baetulo, que esta vez sí lucen como patrimonio de la antigüedad. Una pasarela recorre el yacimiento, que se ha iluminado adecuadamente y que incorpora algunos elementos decorativos y efectos sonoros que favorecen el viaje en el tiempo.
Las excavaciones han dejado al descubierto una zona céntrica de la ciudad romana. Así, puede contemplarse todo un entramado urbano entre el que figuran los restos de las antiguas termas (siglo I antes de Cristo) -de unos 350 metros cuadrados- y sus mosaicos, los gruesos muros del mercado público, pequeños comercios y casas particulares, además del sistema de alcantarillado que vertebraba la ciudad.
La exposición recoge objetos que ilustran que Badalona fue la principal exportadora de vino de la región entre el siglo I antes de Cristo y el I después de Cristo. Algunas de las ánforas encontradas conservan todavía el nombre de uno de los principales empresarios locales, Marcus Porcius (su etiqueta era MPORCI) Además, pueden observarse objetos relacionados con la vida cotidiana en la ciudad: el aseo personal de sus habitantes o el ocio, como un asiento de mármol del teatro, que no debía de ser muy cómodo.
La Venus de Badalona, del siglo I después de Cristo, hallada en 1930, es seguramente la pieza más representativa de la colección junto a la tabula hospitalis, y para ellas se ha buscado un lugar central. Temporalmente, el Museo de Badalona exhibe también un busto en mármol de Agripina, esposa del emperador Claudio, que se encontró en la ciudad, pero que guarda el Museo de Arqueología de Cataluña. La entrada cuesta seis euros y, además de dar acceso a esta Baetulo enterrada durante siglos, permite ver yacimientos como el Jardín de Quinto Licinio y la Casa de los Delfines.
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